16-11-2018
¿Cómo reparar la posición de la Iglesia Católica contra las mujeres, los homosexuales, las víctimas de abusos…?
1. El papa Francisco afirma a menudo su intención de corregir, mejorar y reparar lo que no funciona en la Iglesia Católica. Pelagianismo, gnosticismo, clericalismo … Declara que desea mejorar la situación de las mujeres, de las personas LGBT, de las víctimas de abusos, de los niños. Si analizáramos qué encuentran estos colectivos en la Iglesia Católica desde el punto de vista de los derechos humanos veríamos que necesitamos urgentemente una verdadera reconstrucción de la identidad evangélica de la Iglesia Católica, la cual durante demasiado tiempo no se ha confrontado debidamente con la realidad humana, a la cual ha despreciado y negado.
2. Para expresarlo con una imagen: tenemos un edificio que se está cayendo. Hoy ya no existen razones suficientes como para seguir manteniendo las discriminaciones homofóbicas y misóginas, tal como se creía en el pasado. Se requiere una reconstrucción para asentar el edificio renovado sobre los sólidos cimientos del Evangelio, pero los propietarios del edificio piensan - por varias razones y también para evitar costes, sacrificios y trabajo – que es mejor pintar la fachada, cubrir los orificios con una publicidad agradable y esconder las partes que se caen, de modo que nadie pueda ver el desastre ni el peligro.
3. El pontificado de Francisco ha prometido un radicalismo evangélico ejemplar, una revolución sin miedo a nadie, un nuevo pensamiento abierto y dialogante, el final de las condenas y las críticas, y el inicio del aprendizaje, el conocimiento y la comprensión. Una verdadera reconstrucción del edificio desde sus cimientos evangélicos. En realidad, esto no es nada excepcional. Un edificio viejo requiere una revisión periódica, y a veces esta revisión debe ser total.
2. Para expresarlo con una imagen: tenemos un edificio que se está cayendo. Hoy ya no existen razones suficientes como para seguir manteniendo las discriminaciones homofóbicas y misóginas, tal como se creía en el pasado. Se requiere una reconstrucción para asentar el edificio renovado sobre los sólidos cimientos del Evangelio, pero los propietarios del edificio piensan - por varias razones y también para evitar costes, sacrificios y trabajo – que es mejor pintar la fachada, cubrir los orificios con una publicidad agradable y esconder las partes que se caen, de modo que nadie pueda ver el desastre ni el peligro.
3. El pontificado de Francisco ha prometido un radicalismo evangélico ejemplar, una revolución sin miedo a nadie, un nuevo pensamiento abierto y dialogante, el final de las condenas y las críticas, y el inicio del aprendizaje, el conocimiento y la comprensión. Una verdadera reconstrucción del edificio desde sus cimientos evangélicos. En realidad, esto no es nada excepcional. Un edificio viejo requiere una revisión periódica, y a veces esta revisión debe ser total.
En su lugar, después de sus promesas, el papa ha empezado a maquillar la fachada, a colorearla con palabras y gestos amables. Ha cubierto los orificios con publicidad, y se esfuerza en ocultar las partes que no se aguantan y que constituyen un peligro para la salud psicológica y espiritual de la gente.
4. Así la historia no va a cambiar. Así solo es posible ralentizar la necesaria revolución durante un largo período de tiempo, justificando la omisión con la excusa de que muchas personas no están preparadas para ver los andamios de la reforma. No se cambia la historia pidiendo permiso.